El sistema Metrolínea, columna vertebral del transporte masivo en Bucaramanga, atraviesa su peor crisis desde su creación. Problemas financieros, operativos y la inminente terminación del contrato con el operador Metrocinco Plus S.A. —programada para el 28 de abril— han dejado al borde del colapso a una red que apenas cuenta con tres buses padrones en operación, de una flota original de 140.
En medio de este panorama crítico, el presidente Gustavo Petro propuso una transformación radical del sistema: convertir las troncales actuales de buses en un moderno sistema de tranvías. El anuncio lo hizo a través de su cuenta oficial en X, donde aseguró que el nuevo modelo permitiría abaratar el pasaje, reducir la contaminación y el ruido, e incluso ofrecer gratuidad a estudiantes y personas en situación de vulnerabilidad.
“El pasaje saldrá mucho más barato y no habrá contaminación ni ruido. Se podrán generar tarifas gratuitas para estudiantes y la gente débil económicamente”, escribió Petro, destacando que el Gobierno nacional respaldaría financieramente el proyecto mediante vigencias futuras.
Sin embargo, el alcalde de Bucaramanga, Jaime Andrés Beltrán, reaccionó con cautela a la iniciativa presidencial. En un video publicado en redes sociales, solicitó una reunión directa con el jefe de Estado para aclarar los alcances y la viabilidad económica de la propuesta.
“Hoy nos exigen mantener vivo un sistema que no tiene recursos. Bucaramanga no puede seguir financiando un modelo fallido”, expresó Beltrán, cuestionando de dónde saldrá el dinero para materializar el ambicioso proyecto.
Aunque calificó la idea del tranvía como “maravillosa, legítima y oportuna”, el mandatario local fue enfático: “Presidente, ¿quién pone la plata? Si es una idea populista basada en la emoción, no ilusionemos al pueblo. Pero si es sensata y posible, lo invito a sentarnos lo más pronto posible para generar un compromiso real”.
Beltrán insistió en que Bucaramanga comparte el sueño de contar con un sistema de transporte sostenible y amigable con el medio ambiente, pero recordó que este tipo de proyectos requieren planificación, recursos y certezas.
“Esto es una necesidad urgente y no puede seguir siendo solo una promesa. Necesitamos saber cómo se va a financiar y cuándo. Solo así podremos avanzar con seriedad”, añadió el alcalde.
La deuda que arrastra Metrolínea —estimada en 2.400 millones de pesos— ha impedido el mantenimiento y operación de la mayoría de sus vehículos. La suspensión de rutas, la falta de buses en carriles exclusivos y la creciente incertidumbre entre los usuarios han encendido las alarmas en la región.
En este contexto, la propuesta del presidente Petro busca ser más que un salvavidas momentáneo: apunta a una transformación estructural del transporte público en Bucaramanga. No obstante, la gran incógnita sigue siendo si habrá recursos suficientes y voluntad política para concretarlo.
Fuente: Infobae