DEA volverá a Bolivia: gobierno busca reforzar lucha contra narcotráfico
La Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) volverá a operar en Bolivia, 16 años después de haber sido expulsada junto con la embajada estadounidense por el gobierno de Evo Morales en 2008. La decisión, anunciada por el ministro de Gobierno, Marco Antonio Oviedo, es una de las primeras del presidente Rodrigo Paz.
“Vamos a contar con la colaboración de varias agencias internacionales, entre ellas, obviamente, la DEA. El narcotráfico y el terrorismo no son problemas de una sola nación”, declaró Oviedo durante un acto oficial este miércoles.
La atención se centrará en el trópico de Cochabamba, también conocido como Chapare, región productora de coca y bastión político de Morales, que registra menor regulación sobre el cultivo de la hoja. Los cocaleros locales rechazaron de inmediato la medida, asegurando que no permitirán la instalación de la agencia internacional en la zona.
El regreso de la DEA se produce en un contexto de aumento de la violencia relacionada con el crimen organizado y tras la reapertura de relaciones diplomáticas entre Bolivia y Estados Unidos con la administración de Paz. El viceministro de Sustancias Controladas, Ernesto Justiniano, afirmó que la presencia de la DEA se concretará “lo antes posible” y será de carácter tecnológico, logístico y de capacitación. “Sin la DEA retrocedimos en la lucha contra el narcotráfico; no sabíamos la magnitud de la producción ni quiénes la controlaban”, indicó.
La DEA operaba en Bolivia desde la década de 1970, con especial intensidad durante los años ochenta y noventa, coincidiendo con el auge del narcotráfico y la política estadounidense de “guerra contra las drogas”. En esa época, el Chapare experimentó un crecimiento significativo de la producción de cocaína. El ministro Oviedo subrayó que toda la coca cultivada en la región tiene fines ilegales, diferenciándola de la “coca legal” de Los Yungas (La Paz).
La memoria de los cocaleros recuerda enfrentamientos violentos y la quema forzada de cultivos supervisada por agentes extranjeros, episodios que dejaron al menos una veintena de muertos. El dirigente Aquilardo Caricari reiteró en conferencia de prensa la oposición de los campesinos: “No permitiremos la instalación de ninguna base militar en el trópico de Cochabamba. Si quieren traer a la DEA, que sea en la frontera, donde supuestamente ocurre el tráfico internacional”. Morales respaldó la postura a través de su cuenta de X, señalando que los militares no deben permitir órdenes de fuerzas extranjeras en territorio boliviano.
El enfrentamiento político entre el expresidente y la nueva administración se ha mantenido desde el inicio del mandato de Paz. Morales criticó que el gobierno no resolviera el desabastecimiento de combustible y evidenció tensiones con el vicepresidente, Edman Lara, quien durante la campaña defendió la coca del Chapare y rechazó la intervención de la DEA. Oviedo respondió: “Evo no entiende la vida sin ser presidente… intenta desestabilizar desde el primer día”.
El ministro también propuso sustituir la producción de coca en el Chapare con actividades económicas alternativas, como turismo y hostelería, aunque la experiencia histórica muestra que ningún cultivo o proyecto resultó tan rentable como la hoja de coca, que permite varias cosechas anuales.
Fuente: El País