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Internacional

El 24 de mayo, Belice y Guatemala anunciaron la renovación del acuerdo con la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea. Este acuerdo busca continuar los esfuerzos de apoyo hacia una solución definitiva del diferendo territorial, marítimo e insular que ambos países han llevado ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Bajo el auspicio de la OEA desde 2008, esta iniciativa representa un paso importante en la búsqueda de paz y estabilidad regionales.

En un contexto global marcado por cambios y crecientes tensiones, esta renovación de la cooperación internacional es una noticia positiva. La Oficina de la OEA en la Zona de Adyacencia ha desempeñado un papel crucial al promover contactos entre las comunidades de ambos países. Actúa como una misión civil de paz a lo largo de los 215 kilómetros de frontera, con el respaldo del Grupo de Amigos de Belice-Guatemala desde 2003, compuesto por Estados Miembros y Observadores que asesoran y apoyan el fomento de la confianza mutua.

Este nuevo compromiso fortalece la confianza regional en los procesos de mediación y reafirma el camino hacia una solución definitiva basada en el diálogo político y social, y en la participación activa de las comunidades locales afectadas. La renovación del acuerdo con la OEA y el apoyo de la Unión Europea garantizan la continuidad de los esfuerzos de consolidación de la paz hasta 2027, subrayando el compromiso de ambas entidades internacionales con la estabilidad en la región.

Este contexto se da en un momento de importantes cambios políticos en la región. México, vecino de ambos países, celebrará elecciones el próximo 2 de junio. Guatemala, por su parte, se encuentra en un período de consolidación tras la reciente transición gubernamental. Estos ciclos de gobernanza y administración pública influirán en los próximos años, variando entre cuatro, cinco o seis años según cada país.

La región está inmersa en un ambiente de cambio político, con elecciones y transiciones en marcha. El presidente de El Salvador tomará posesión para su segundo mandato el 1 de junio, mientras continúan los procesos de transición presidencial en Panamá y República Dominicana, que ya celebraron elecciones en la primera parte del año. Estas dinámicas subrayan la importancia de la política regional en un período caracterizado por olas de calor y lluvias refrescantes.

Fuente: El Heraldo de México

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